Las hidrolavadoras son máquinas capaces de rociar agua a alta presión para la limpieza de una gran variedad de elementos. No sólo son de 10 a 50 veces más potentes que una manguera de jardín, sino que además cuentan con la ventaja de utilizar hasta un 80 % menos de agua.
Las hidrolavadoras trabajan de una manera muy simple: el agua emerge presurizada y a alta velocidad a través de una manguera en cuyo extremo se conecta una fina boquilla, produciendo un chorro de gran fuerza para desprender la suciedad. La mayoría de los modelos también permiten agregar detergente y otros productos limpiadores (incluso arena), lo que aumenta el poder de limpieza del chorro.
El elemento central de toda hidrolavadora es un motor, el cual, a su vez, acciona una bomba que presuriza el agua, de modo que la que emerge de la boquilla está una presión mucho mayor que cuando entró en la hidrolavadora. Dependiendo del tipo de alimentación de este motor, podemos agrupar estas máquinas en dos grandes categorías.9